LA TINIEBLA NO ES OSCURA PARA TI

 

 

 

En la vida hay horas de luz y horas de oscuridad, horas de felicidad y horas de cierta tristeza, horas de gran apertura y horas de cerrazón. Buscad en el silencio una inmensa apertura. Que todo en nuestra existencia esté atento, abierto y acogedor.

 

El hermetismo nos cierra a todo lo bueno, nos pone de espaldas a la vida. En el silencio no estamos de espaldas sino acogientes. Toda nuestra existencia se vuelve porosa, casi hasta el cuerpo.

 

No hay encuentro sin apertura. En realidad no hay oración sin silencio. Así, las horas de silencio se convierten en horas de oración.