PERFECTAMENTE IMPERFECTOS

 

 

Ser perfectamente imperfectos, es decir, amar esa imperfección, amar esa limitación. La limitación puede ser una imperfección en ese contexto que hablo, en ese contexto que expreso.

 

Amar los límites, convivir con los límites, convivir con lo frágil, convivir con lo endeble, convivir con las roturas de la vida. Quizás no sea el significado más frecuente, pero perfectamente imperfectos en este contexto quiere sugerir eso.

 

Todo aquí es limitado, en este mundo. Es limitada la estatura, es limitada la capacidad discursiva, es limitada la capacidad emocional, todo lo nuestro es limitado, pero… Dios ha querido habitar en esa limitación, Dios cabe en esa limitación, así como en una gotita de rocío cabe el sol. Un día sales por la mañana temprano y verás gotas de rocío, podrás ver reflejado el sol, el sol se aloja en una gotita de rocío, el sol se cobija por así decir en una gotita de rocío.

 

Pues lo infinito ha querido alojarse en lo finito, que somos nosotros. Finito quiere decir limitado, pequeño y eso es una promesa de vida para nosotros. Decimos que Dios no hace ascos de nuestra limitación.

 

Recuerdo una vez en un ensayo literario de un grupo de adolescentes, después de un día de paseo pues… les invitaba a hacer un ensayo de lo que habían visto, de lo que habían observado y… recuerdo una niña que contaba que lo que más le había llamado la atención era pues que en un muradal había una hermosa flor. Muradal es una palabra que no sé si por aquí se usará, muradal es un estercolero, un basurero de excrementos de ganado… pues había una flor. Una flor había germinado y había florecido en un muradal. No importa que seamos como un muradal, Dios puede florecer, Dios puede germinar ahí. A esa niña le llamó la atención eso. Pero realmente Dios pues… puede hacerse presente en… eso, en un muradal… en nosotros.

 

J.F. MORATIEL

 

- Comentario extraído de un encuentro.