REFLEXIONES AL TRASLUZ
... qué difícil es hablar del silencio y acallar
la palabra...
Cuando ambos se encuentran en una sencilla armonía, es la belleza
del silencio hablado, del silencio exterior, con la palabra del alma
que habla sin emitir sonido…
Hay encuentros donde el silencio reina porque así se decide desde la
perspectiva de provocar espacios callados, hay encuentros donde la
palabra halla su supremacía porque nos unimos en celebración... éste
fue el del pasado sábado en Santa Olaja de Eslonza, unas simples
horas, un breve espacio, marcado por el humano calendario, en el
lugar de nacimiento del Padre Moratiel.
Como cada año, nos reunimos, nos encontramos, nos visitamos, nos
hallamos en la cuna donde nuestro predecesor despertó a la luz del
mundo.
Es difícil describir si éramos muchos o éramos pocos, si los allí
presentes éramos los esperados o los que no pudieron estar, poco
importa el número, la cantidad, la asistencia se esparcía desde
distintos lugares y como incienso que se eleva, estaba nuestra
presencia, la presencia de los deseos, diseminación en diversidades
de encuentro y una sola realidad, que se unió en una sola comunión,
en un solo deseo: recordar a Moratiel.
Quedó en mi, una imagen preciosa y destacada, sutil y frágil, pero
reveladora de todo este sentir: el TRASLUZ, ese umbral entre la
algarabía exterior y el silencio interior, ese traspasar la palabra
para sumergirse en el silencio, esa luz cegadora de afuera para
alumbrarnos con la penumbra de nuestros adentros… escribí TRASLUZ
intentando retener el instante, acoger la palabra y transmitirla en
silencio… ahora algo más relajada del viaje y del momento,
transcribo este breve escrito…
... a todos y a todas los presentes y a los que se unieron al evento
en la distancia... un abrazo y el deseo de que nunca perdamos ese
umbral donde trasluce el encuentro entre el silencio y la palabra...
àngels
Santa Olaja, 12 de junio de 2.010
|