SANTA OLAJA DE ESLONZA - 2014

 

 


ermita de la Virgen de Villamoros

fotografías José Ángel

 

 

como cada año nos reunimos o mejor nos encontramos de nuevo, como cada primavera desde que Moratiel partió, así se estableció y así continuamos hallándonos, encontrándonos allí, en su tierra, en su pueblo, con su gente, sin más objetivo que el de vernos de nuevo y reunirnos otra vez... el motivo: la ermita, ese pequeño lugar lleno de vida y silencio, rodeados de campo, donde alienta la naturaleza, esencia leonesa, que respiraba Moratiel allí donde fuere...

 

llegar allí es como llegar a casa, nos vemos, nos abrazamos, y la sonrisa en nuestros rostros al vernos no necesita demasiadas palabras, allí estamos de nuevo y otra vez... esa es la herencia de Moratiel, el camino del silencio hacia adentro y la cordialidad hacia fuera, cercanía y agrado entre los que nos conocimos por “causa” de él...

 

hablar con la familia Moratiel es estar con la familia, compartir con la familia Moratiel es compartir con la propia familia, ver de nuevo a Petra, a María y a Marcelina especialmente, primos, sobrinos, amigos, vecinos... estar ahí es como revivir esas horas que Moratiel a veces contaba, donde se reunían alrededor de la lumbre, aguardando las horas, compartiendo mesa o simplemente regalándose el tiempo...

... y así fueron pasando las horas; al terminar la tarde, cuando tocaba regresar a nuestros propios lugares, José Ángel -su sobrino- me comentó que estaría bien compartir, de alguna forma, lo vivido y aunque la exterioridad venía a ser la misma que otros años porque no habían grandes hechos que contar dejo aquí esa brevedad porque lo realmente importante fue el reencuentro, esas horas, esa charla distendida y gozosa (no alrededor de la lumbre pero si en la amplia cocina), con el deseo escondido de que el tiempo anduviera más lentamente ...

... después ese ya clásico decir “hasta el año que viene

 

 

àngels

Santa Olaja, 7 de junio de 2.014