HERENCIA - 2008

 

 

 

Amigos, compañeros, discípulos, simpatizantes y todos aquellos que de una forma u otra os acercáis a la página del Silencio y os detenéis a leer estas pequeñas crónicas o sencillos comentarios.

 

No pretendo esta vez hacer una exposición o explicación de cómo se ha desarrollado el Silencio en este encuentro de Herencia, porque cuando pensaba como enfocar estas palabras, acudió a mi memoria una lejana expresión del Padre Moratiel cuando al preguntarle sobre cómo o qué escribir del Silencio, él muy acertadamente respondió [1]un libro sobre el silencio sería pues... un libro en blanco, sería lo mejor”

 

La vivencia del Silencio, en Silencio y desde el Silencio es propia de cada ser que se acerca, permite y dedica instantes de su vida a la quietud y a escuchar lo que ya está escrito en su corazón, en su alma, en su interior. Así que nada me atrevo, ni puedo añadir sobre el silencio, cada uno lo vive y lo descubre por sí mismo cuando da abertura a ese espacio propio donde todo el exterior se acalla, cuando nos abrimos al sentir de dentro, cuando permitimos airear el latir de esa vida que todos tenemos en nuestro interior. Siempre que uno se permite esa abertura, descubre o se le revela (como decía Moratiel) algo nuevo y a la vez algo que está ahí, dentro de uno, pero necesita silenciar primero su entorno para que pueda brotar y manifestar parte del misterio que a todos nos habita. No hay tiempo determinado, ni nunca llegamos a descubrirlo todo, por eso la vida del Silencio y en Silencio es una práctica que pide asiduidad, constancia y perseverancia, porque el silencio no es mudez, no es ausencia de palabra sino que [2] Lo nuestro es permitir que lo de dentro pueda emerger y pueda fluir. Por eso os decía que el silencio es la liberación de ese Dios que está escondido, que está oculto en nuestro corazón.”

 

Herencia ha sido en estos días una viva expresión de la vivencia y la belleza de las pequeñas cosas, de los pequeños detalles, esos que salen sin ser previstos, sin premeditación, mostrando así su grandeza y su delicadeza, así lo expreso porque he sido testigo de ello, de forma distinta quizás, en la peculiaridad y singularidad de cada uno, pero casi palpable de una forma u otra por y para todos los que allí hemos convivido.

 

La Casa de oración Santa María es un lugar privilegiado para vivir el Silencio, la amplitud de sus estancias, sus salones, sus salas, los pasillos tremendamente luminosos, con hermosas plantas, la pulcritud y variedad en la decoración, la belleza de la capilla con unas vidrieras hermosísimas que dan una luz y un gama de colores especial que parecen dar la mano a este encuentro con el Silencio. Además los grandes espacios que rodean el exterior de la misma casa permiten pasear bajo el suave murmullo de los árboles, escuchar el bello canto de los pájaros, el callado ruido del aspersor sobre el césped, el entorno azulado del cielo… en fin, resulta inacabable la descripción y la singularidad de ese lugar que sin ninguna duda es para mí un espacio de reserva silenciosa y predilecto para el Silencio.

 

Le acompaña también esa adecuada fecha del encuentro que permite la asistencia a diversidad de amigos, pues suele celebrarse a finales de agosto que coincide con las vacaciones de muchos y facilita la asistencia desde cualquier punto geográfico de España.

 

Como término de esta exposición más externa que silenciosa del Encuentro, quisiera expresar que más allá del entorno acogedor, más allá del servicio afable de las hermanas, más allá de las palabras de Moratiel, más allá de todo lo exterior que nos ha acogido y facilitado abrir las puertas al Silencio, nada tendría sentido si, los que nos hemos acercado al lugar, no lleváramos en nuestro interior la llamada del Silencio.

 

En palabras del propio Moratiel diríamos:

[3]No es que nosotros hayamos elegido el silencio, sino que es el silencio el que nos ha elegido. Que es distinto.

 

Àngels

31 de agosto de 2008


[1] DISCÍPULO DEL SILENCIO – Diálogo en la noche con Jesús Quintero

[2] TEXTOS ILUSTRADOS – “Vocación Silenciosa”

[3] TEXTOS ILUSTRADOS – “Vocación Silenciosa”