"LA HOJITA" diciembre - 2.008    "LA HOJITA"  Marzo - 2.007

En el N. 51 que corresponde al mes de Diciembre de 2008 se incluye, en portada, el siguiente artículo:

¡VEN PRONTO SEÑOR...!

¡DATE PRISA A SOCORRERNOS!

 

Un gran número de creyentes cristianos celebrarán las fiestas de Navidad reunidos en familia con sus seres más queridos con una gran paz, una alegría serena y una esperanza fuerte. Recordarán que bajo los ingenuos y entrañables gestos de un niño indefenso, nació Jesús, el Salvador de los seres humanos, en una pequeña aldea palestina de una familia pobre. En estos últimos años, ha aumentado el número de mujeres y hombres de nuestra sociedad, que alejados y distraídos por los ansiosos deseos de una felicidad inmediata y efímera, vivirán las fiestas navideñas, ajenos e ignorantes, a este sencillo y trascendental acontecimiento para las gentes de buena voluntad…

 

Y sin embargo, los seres humanos, seguimos necesitando un Salvador que Trascienda nuestros límites, nuestras carencias. A pesar de los admirables logros y éxitos conseguidos por la inteligencia humana, que debieran ayudarnos a ser más felices, no salimos de apuros, agobios o miedos… Hasta el presente no hemos sido capaces de acabar, ni con el disparate y la irracionalidad de las guerras, ni con la perniciosa, ni endémica pobreza de millones de seres humanos, ni con las barreras y abusos de los más fuertes sobre los más débiles…

 

Para completar nuestras dudas sobre las limitaciones e insuficiencias de nuestra aldea terrestre, desde hace unos meses ni siquiera los que vivimos atrincherados en los países “económicamente fuertes”, nos sentimos tan seguros como antes. El artificio edificado sobre el poder del dinero, se nos ha comunicado que puede venirse abajo más fácilmente de lo que creíamos, con consecuencias difícilmente previsibles que no queremos ni imaginar. Parece como si la Moderna Torre de Babel, levantada con tanta autosuficiencia y engreimiento por los moradores de la tierra, tuviera profundas grietas, con el peligro de venirse abajo en cualquier momento, a causa del egoísmo y la avaricia humana, según dicen las cabezas pensantes más sensatas.

 

La historia bíblica, llena de señalados encuentros y graves olvidos del pueblo hebreo para aquel Dios, que tantas veces le había acompañado y fortalecido en la búsqueda y encuentro de los caminos de la libertad y de la paz, no es tan extraña a los acontecimientos de nuestros tiempos. Algunos, estos días hemos tenido la sensación de que la humanidad estuviera padeciendo una especie de orfandad y desamparo, que no sabe que rumbo tomar, ni de quien fiarse… Nunca mejor dicho que ahora: tenemos la moral por los suelos, porque quizás hemos dejado muy a la ligera, cualquier referencia a una conciencia recta, que se preocupe, ante todo y sobre todo, de hacer el bien y evitar el mal, porque hay un Dios Padre que está pendiente de que los seres humanos tengan entrañas de misericordia.

 

Una vez más hemos constatado la fragilidad y limitación del ser humano, que camina hacia la luz en medio de innumerables horizontes oscuros. Necesitamos tomar aliento en la existencia diaria, y clamar con fuerza como lo han hecho los mejores protagonistas de nuestra historia huma: ¡Señor date prisa en socorrernos! ¡Ven pronto Señor!

 

Acompañados de Nuestra Señora de la Esperanza, María de Nazaret,

María de la Peña de Francia… elevemos nuestras súplicas a su hijo Jesús, el Salvador de los hombres, y con ella decimos:

¡Ven pronto Señor, no tardes ya! Desde la cumbre del Santuario de la Peña de Francia,

os deseamos que este año la peregrinación hacia el encuentro del Dios del Amor,

sea de paso alegre y ligero.