"LA HOJITA" diciembre - 2.014

En el N. 75 que corresponde al mes de Diciembre de 2014 se incluye, en portada, el siguiente artículo:

 

“MALGASTAR EL AMOR..."

 

 

La crisis económica, que ha afectado a nuestra sociedad tocando gravemente a algunas de nuestras familias, que han pasado en poco tiempo de una vida de consumo incontrolado a una difícil situación de necesidades elementales sin poder cubrir. La mayor parte de la sociedad tuvimos que recuperar palabras de tiempos pasados ya olvidadas, como austeridad, solidaridad, caridad...

 

Este consumo irresponsable y sin sentido, no solo ha afectado a las realidades materiales, sino que de alguna manera ha contagiado a las realidades más nobles y dignas del ser humano. No hay día en que a través de los medios de comunicación, radio, prensa  televisión, películas, series..., no nos hagan fáciles ofertas de un amor malgastado irresponsablemente, de unas relaciones humanas pajeras, efímeras; de un amor fácil y engañoso, sin apenas consistencia alguna.

 

En contraste de lo que acabamos de decir, el pasado verano han acudido a  nuestro querido Santuario un buen número de familias, para ofrecer y celebrar la fidelidad de veinticinco o cincuenta años de matrimonio. Una hermosa estampa en que los abuelos en plena madurez de la vida, han sido felicitados y regalados con la gratitud de unos hijos y la alegría de unos nietos.

 

La serenidad y la paz de estos asentados matrimonios, curtidos en mil batallas para sacar adelante a una familia con dignidad, trabajo honrado y vida sencilla, contrasta enormemente con el desconcierto que se percibe en otras parejas que no han optado por un compromiso serio, sino que se han dejado llevar por los aires y vaivenes de unos sentimientos efímeros y pasajeros.

 

Líbrenos Dios de enjuiciar los difíciles problemas de convivencia con que tienen que enfrentarse muchas mujeres y hombres; ciertamente hay situaciones muy complicadas, en que hay que respetar los esfuerzos que se hacen, para encontrar una solución lo más humana posible. Dicho esto, también debiéramos de tomarnos todos más en serio nuestra actitud cuando amamos a una persona. No podemos malgastar el amor de cualquier manera, como un objeto más de usar y tirar, porque quizás algún día, cuando más lo necesitemos nos encontremos tan solo con el vacío o la nada de una oscura y egoísta soledad.

 

 

 

Un año más, celebraremos los creyentes la presencia del Dios del Amor en la tierra. Acogido en las entrañas de una de nuestras mujeres, María de Nazaret, humilde, austera, sencilla, y con un corazón abierto a la bondad y compasión por los seres humanos. Ellos han sido nuestra luz para vivir en paz, concordia y amor, en nuestra breve peregrinación por la tierra.

¡Feliz Navidad!