Jesús
Quintero |
Espero
hablar con José Moratiel, fraile dominico de Pamplona, él se llama: Discípulo
del silencio.
Me
he llevado dos horas en silencio para hablar con este hombre que vive en
silencio. Antonio Machado dijo: "en mi soledad he visto cosas muy
claras, que no son verdad". |
P.
Moratiel |
Buenas noches, Jesús. |
Jesús
Q. |
Buenas
noches. Bienvenido. Me gustaría... un resumen urgente de su vida, José
Moratiel. |
P.
Moratiel |
Yo pienso que lo más importante de mi vida, es el
momento en el que estoy ahora viviendo. |
Jesús
Q. |
Lo
opuesto al silencio es el ruido ¿verdad? |
P.
Moratiel |
Sí, por supuesto. |
Jesús
Q. |
¿Qué
hace el ruido? además de hacernos polvo. |
P.
Moratiel |
Sí, tienes toda la razón Jesús. El ruido nos hace
polvo. El ruido interfiere y... estorba y... entorpece nuestro encuentro y
nuestra comunicación. El ruido nos hace daño. El ruido nos rompe
siempre. Uno se siente descuartizado frente a tanto ... barullo y frente
tanto ruido. Yo por eso... he llegado a amar el silencio, porque el
silencio siempre nos cura. Eso que tú has dicho que nos hace polvo y nos
cura de muchas más cosas. |
Jesús
Q. |
¿Dónde
está el silencio? |
P.
Moratiel |
El silencio no se deja decir. No se deja expresar,
Jesús. Nosotros siempre queremos poner nombres a las cosas, encuadrarlas
en nuestras expresiones, en nuestras palabras y es nuestra equivocación.
Créeme que me cuesta hablar del silencio, cada día más, por esto que te
digo, porque... el silencio no se puede decir, no permite que se le
aprisione y se le encierre en palabras. Siento como un infinito pudor al
hablar de él, porque temo estropearlo.
Quizás
una sesión de silencio, pues... sería eso... el silencio, un libro sobre
el silencio sería pues... un libro en blanco, sería lo mejor. Siento
verdaderos respetos, sí. Por eso, ¿dónde está el silencio? |
Jesús
Q. |
¡Eso
me pregunto yo! nunca había ocurrido en la colina, porque... esta
conversación está interferida por unos sonidos... ¿no escucha? |
P.
Moratiel |
Sí, si, si, lo estoy escuchando, también Jesús. |
Jesús
Q. |
En
una persona que lleva una vida de ruido, de trabajo, de diversión ¿qué
causa puede tener el que se quede de repente en silencio? En un profundo
silencio. |
P.
Moratiel |
Bueno, pues, porque sospecho que... lo mismo que nos
reclaman las cosas que tú has nombrado, el trabajo, la diversión, los
quehaceres, igualmente sospecho que nos reclama nuestra interioridad, y de
vez en cuando, cuando uno se siente solicitado por ella, le presta atención,
y se queda en silencio, es una invitación. El silencio siempre es una
invitación, y por eso el ser humano, pues de vez en cuando, se queda en
silencio, porque le reclama su propia interioridad, su propia profundidad
de la cual no puede
escaparse, felizmente la interioridad no se ha escapado de nosotros. Esto
es una ventaja y... es un motivo de grande esperanza. |
Jesús
Q. |
¿Para
qué... para qué sirve el silencio? ¿Para qué‚ vale el silencio? |
P.
Moratiel |
No me gusta Jesús... presentar el silencio como una
utilidad. Experimento como una especie de SUBLEVACIÓN INTERIOR. El
silencio se hace porque sí, sin más; no hay que buscar otras razones.
Siempre que nosotros hacemos algo, buscamos algo como... presionados por
una utilidad, en el fondo rompemos el silencio, porque crea una tensión,
crea una angustia, crea una ansiedad y es todo lo contrario del silencio.
Yo
diría que el silencio hay que hacerlo y hay que sumergirse en él... sin
ninguna finalidad, porque entonces nuestro ser es absolutamente receptivo,
no hay tensiones, no hay angustias, no hay estrecheces, es todo
absolutamente todo, receptividad, acogida, presencia. |
Jesús
Q. |
Imaginemos
que invitamos a 50 personas que pasen por las calles, a una casa, a que
permanezcan en silencio... durante un mes. ¿Qué‚ puede pasar? |
P.
Moratiel |
Bueno,... esto... me... me suena, Jesús, me suena
esto, a fantasear. Comprendes, (si) por eso me ha hecho gracia. Eh!
Podemos fantasear, si quieres, pero puede ocurrir lo más imprevisible.
Todo lo que nos podamos imaginar puede ocurrir (claro), pero pueden
ocurrir cosas preciosas. Al decir esto que me ha causado gracia, el pensar
que podíamos fantasear, no es porque sospeche que no pueden ocurrir cosas
maravillosas, pienso que pueden ocurrir, ocurrirían, quizás, cosas
preciosas. Porque en el silencio siempre existe el milagro de nuestro
encuentro, el encuentro personal y el milagro de nuestra transformación,
siempre. |
Jesús
Q. |
Y
si el silencio es tan bueno, ¿por qué no hay casas de silencio? |
P.
Moratiel |
Bueno sí, que hay casas de silencio, Jesús. Quizás
no hay tantas, como... no sé... como... el silencio, como así decir,
reclamaría ... |
Jesús
Q. |
¿Hay
algún sitio dónde exista un silencio absoluto? |
P.
Moratiel |
pero... si... casas de silencio ... bueno el silencio
absoluto... sospecho que está dentro de nosotros. Dentro del ser humano
eh!. |
Jesús
Q. |
Hay
un convento en España, por ejemplo, donde exista un silencio total, sin
que pase un avión "pa" África o "pa"... |
P.
Moratiel |
Bueno, pues... me sospecho que no ...ja, ja, ja, ...
pero lo que te decía Jesús, el silencio está dentro, eh, no está
fuera. Tú sabes muy bien que... podemos estar en un monte, donde no se
oye más que el canto de los pájaros y la cascada del riachuelo y sin
embargo uno estar por dentro lleno de ruidos, y tú sabes que a veces una
persona que está en silencio, que está callada y sin embargo pues, la
ves que está llena de ruidos, ruidos que no se pueden disimular, porque
los ruidos se reflejan en nuestros modales, en nuestra mirada, en nuestro
modo de comportarnos, a veces el cuerpo humano va lleno de ruidos.
En
cualquier movimiento corporal puedes percibir las tensiones, los ruidos,
la agitación, la alteración de una persona. Todos lo podemos padecer,
por eso quizás una de las primeras cosas que deberíamos hacer, no, pues
es vaciar nuestro cuerpo de todos los ruidos, vaciarlo de sus miedos, de
sus desequilibrios, de su ansiedad, de su agitación, de sus temores, de
su inseguridad. El cuerpo humano lleva almacenados todos esos ruidos, que
le destruyen, le deterioran, le alejan de nosotros.
Por
eso es un arte, un arte entregarse al sueño y vaciar nuestro cuerpo de
todos los ruidos. Es un arte dormirse. Existe el arte de dormirse. |
Jesús
Q. |
Me
gustaría conocerlo |
P.
Moratiel |
Te lo estoy diciendo, Jesús. |
Jesús
Q. |
Mm,
mmmm |
P.
Moratiel |
Uno empieza a descansar, cuando vacía todo su cuerpo
de los ruidos que se han ido almacenando, todo se aloja en nuestro
cuerpo... y uno descansa, y uno reposa, uno duerme, uno aprende a vivir,
porque si algo importante hay, es aprender a vivir, que no está separado,
que no está lejos, que no está distanciado del aprender silencio. |
Jesús
Q. |
¿Cuesta
más aprender a callar, qué aprender a hablar? |
P.
Moratiel |
No. Porque
la palabra no existe sin el silencio. La palabra tiene... un soporte, por
así decir... y es el silencio. El silencio es donde se acuna nuestra
palabra. Cuando verdaderamente expresa nuestro corazón, expresa nuestra
vida, expresa nuestro sentir, expresa nuestra profundidad. No existe la
verdadera palabra, la palabra que expresa esta verdad de nuestra vida, de
nuestro ser, de nuestro corazón, sin un profundo silencio.
Por
eso no hay rivalidad, en verdad, no hay rivalidad, no hay oposición, lo
que pasa es que a veces, nuestro hacer, por así decir, privilegiamos, en
este caso por lo que a mi respecta, privilegiamos quizás el
silencio, o lo privilegio porque... he llegado a esta convicción
fuerte... que la palabra es excesivamente abundante y muchas veces...
pues... no es vehículo de nuestra interioridad, pero en realidad... lo sé,
que el silencio y la palabra están muy hermanados y están muy
reconciliados, están unidos, son inseparables. |
Jesús
Q. |
¿Cómo
es la noche en la celda de un convento? |
P.
Moratiel |
Yo
creo que la noche en la celda de un convento, pues es la noche de tu
propio hogar. Mi convento es mi hogar. |
Jesús
Q. |
¿Cómo
es su convento? |
P.
Moratiel |
Te acabo de decir que... mi convento es mi hogar. ¿Cómo
es? Pues es... un poco como un hogar. |
Jesús
Q. |
...
si... |
P.
Moratiel |
Yo tengo los hermanos con los que comparto mi vida,
comparto mi existencia y son mi apoyo... |
Jesús
Q. |
Si,
pero ¿cómo es arquitectónicamente, dónde está situado... qué se
ve... ? |
P.
Moratiel |
Oye, pues... mi convento, en este sentido es un
convento... muy poco parecido a los conventos, digamos... clásicos, no.
Es prácticamente una vivienda y... entonces pues... se ve un plaza, que
se llama la plaza del Mercado y... nada más porque el respaldo es la
Iglesia de Santo Domingo y entonces... digamos que no tiene otro
horizonte. No me gusta en este sentido mi convento... pero como la casa la
hacen los que viven en ella... pues entonces si que me gusta. La casa la
hacemos nosotros, los hermanos que vivimos juntos y en ese sentido pues me
satisface y me llena. |
Jesús
Q. |
He
observado que... que los hombres más sabios son más silenciosos. ¿Qué
piensa? |
P.
Moratiel |
Pues que sí. Puede ser que si, seguro que si ...
porque ... |
Jesús
Q. |
...
está más convencido que si! |
P.
Moratiel |
si, si, si... |
Jesús
Q. |
no
hay duda... |
P.
Moratiel |
no hay ninguna
duda, sí Jesús, si. Porque el silencio conduce a una revelación
interior. Entendiendo, en este caso, por sabiduría, pues... el saber el
sentido, el saber el significado de nuestra vida, de nuestra historia... y
indudablemente que en el silencio... uno descubre, se le rebela... ese
sentido, esa sabiduría. El silencio siempre es una revelación, el
silencio siempre es una luz. Siempre. De una manera o de otra. |
Jesús
Q. |
Yo
no puedo... no puedo llegar al silencio completo y lo voy a intentar. No
puedo llegar sin interferencias del pensamiento. |
P.
Moratiel |
El silencio te decía, Jesús, no se puede pensar, no
se puede decir. Cuando uno camina... digamos en esta aventura... lo más
nuestro, como puede ser... lo que llevamos más nuestro como puede ser
nuestro pensamiento, nuestro sentir, nuestras emociones... todo ello
encuentra su sitio, su justo sitio por así decir. El silencio no anula,
no extirpa el pensar, ni el sentir, ni
la emotividad, nuestro afecto... pero le sitúa en su propio sitio,
en su propio quicio, por así decir, no. Así como decimos el ruido me
saca de quicio, o esto me saca de quicio. Hay tantas cosas que nos
desquician. El silencio no anula nada, el silencio le da toda su postura,
su sitio justo, le da todo su asiento, su sosiego, su equilibrio y su paz. |
Jesús
Q. |
¿Qué es meditar? |
P.
Moratiel |
Meditar, en este campo, en este sentido en el que tú
y yo en este momento estamos conversando Jesús, pues meditar significa
caminar hacia el centro de nuestro ser, la meditación como un camino
hacia el interior, del que muchas veces nos escapamos, del que muchas
veces huimos. El hombre muchas veces viene huyendo de su propio ser, de su
propia casa, de su propia interioridad, entonces uno hace meditación como
para regresar a si mismo, como para ir hacia si mismo, para caminar hacia
si mismo. |
Jesús
Q. |
Me
gustaría preguntarle a este fraile dominico ... por cierto que... ¿qué‚
listos son los dominicos? ¿deben ser los más sabios de la iglesia, no? |
P.
Moratiel |
Nunca me he preguntado eso, ni es ni es ninguna de
mis... digamos ninguno de mis afanes, no. |
Jesús
Q. |
Ya!
pero los dos granes pilares han sido los dominicos y los jesuitas, no?,
los grandes pensadores. |
P.
Moratiel |
Yo creo que sería injusto, encerrar en dos grupos
religiosos pues... la sabiduría de la iglesia, en este caso, no? |
Jesús
Q. |
mm
mmm, yo soy muy injusto, que me perdonen los demás. Debe ser mi
ignorancia. |
P.
Moratiel |
Pues sería una suerte... que fuéramos todos así
Jesús, reconocedores de nuestra ignorancia. En el silencio uno aprende a
olvidar, a ser ignorante, a no saber. Me parece muy bonito eso que has
dicho, reconocer la ignorancia, confesar la ignorancia, ... me llega
como... como un camino precioso, como un fondo precioso del silencio. Casi
me resulta envidiable. |
Jesús
Q. |
Vd.
me ... Vd me dice Jesús, de una manera muy especial. |
P.
Moratiel |
Te siento así, me está llegando así tu voz y tu
... comunicación, te lo debo a ti Jesús. |
Jesús
Q. |
Es
que ya yo me estaba olvidando de que me llamaba Jesús... sino el Loco de
la Colina. |
P.
Moratiel |
No sé por qué. Porque no me lo he propuesto. Te he
llamado Jesús porque así me ha salido, así me ha llegado de ti. Quizás
porque yo también soy un poco loco. Yo sé que el silencio es muy poco
popular, hay que ser un poco locos para ser discípulos del silencio. |
Jesús
Q. |
¿Qué
son los nervios? |
P.
Moratiel |
Los
nervios son nuestra inseguridad, nuestro miedo, nuestra angustia, nuestro
temor, nuestra carencia, nuestra agitación, nuestro desequilibrio,
nuestra falta de armonía. En el silencio los nervios, encuentran también
su sitio, se sosiegan, se pacifican, reposan, descansan y se fortalecen,
desaparece todo temor en el silencio, no hay angustia, no hay inseguridad,
no hay temor que no se diluya en el silencio. |
Jesús
Q. |
Por
lo que estoy escuchando esta noche me da la sensación de que no voy
hablar más en mi vida ... que me debo quedar en silencio. |
P.
Moratiel |
Ya
te dije antes, Jesús que... la palabra y el silencio están reconciliados
y que... el silencio es como... el lecho, por así decir, de donde se
levantan las palabras. El silencio es fecundidad de palabra y en ese
sentido la palabra y el silencio están hermanados y son inseparables. |
Jesús
Q. |
Escuche...
Moratiel... cuando uno está mal... busca a los amigos... o se va
al psicoanalista o al psiquiatra o al psicólogo.
¿Vd
cree en la capacidad que tiene el hombre de salvarse a si mismo, porque a
veces, lo que puedan decir unos y otros, a uno no le sirve para nada
cuando uno está mal? |
P.
Moratiel |
No
es que lo crea, (no sé si me has dicho que si lo creo) es que lo sé. El
hombre se salva a si mismo. Se salva a si mismo porque en él está toda
la fuerza, toda la riqueza, todo el dinamismo, toda la energía. En
realidad fue lo que hizo Jesús de Nazaret... |
Jesús
Q. |
Pero...
perdón... ¿qué quiere decir salvarse a si mismo? |
P.
Moratiel |
Quiero
decir que, el hombre encuentra en si mismo la plenitud, lo absoluto por así
decir; uno no consigue salvarse, eso sería una agresión. Todo nos es
dado. Todo nos es ofrecido, todo está ya en el corazón del hombre. Por
eso quería decir que no hay que ir a ningún sitio, basta que uno cabe y
ahonde y coja el azadón día a día y cabe su propia campo, su propia
tierra, su propio ser, es cavar un día y otro día, sin dejar el azadón,
porque en él está la fuente, en él está toda la plenitud, todo nos es
dado ya, todo se nos ha dado ya, no hay que esperar nada. |
Jesús
Q. |
Independientemente
de las creencias de cada uno, no? |
P.
Moratiel |
Sí.
En el ser humano está todo esto. En el ser humano está todo, el
tesoro y toda la fuerza; está todo, como un don, como un maravilloso don,
como un maravilloso regalo. Por eso te decía que sería como una agresión,
el hacer un intento de escaparse a un sitio, a un lugar, o buscar de otra
manera, no hay que agredir a nadie, no hay que conquistar nada, hay que
aprender a recibir, a recibir lo que está allá dentro, a coger lo que
está allá dentro, nuestra enfermedad o nuestra desgracia, si quieres...
no sé que palabra sería la más acertada en este momento, pues es...
quizás el afán de conquistar cosas, el afán de lograr, eso nos
deteriora, creo que volvemos a ser nosotros mismos cuando empezamos a
recibir. A recibirlo todo, como un don, eso... como un regalo, como algo
que nos es dado y que ya está ahí. |
Jesús
Q. |
Hablaba
hace un momento de... el otro Jesús, ... el auténtico. |
P.
Moratiel |
Tú
eres también... Jesús. El está en todos y por eso Él nunca tuvo otro
afán que decir al hombre, que él se podía salvar, a unos y otros, les
iba diciendo, el Reino está dentro, que es como decir la
plenitud está dentro, está en ti, el paraíso está en ti. Dijo
Él una cosa preciosa, que a mi me ha alentado mucho en este camino. Les
decía El: “Os conviene que yo me vaya porque si yo no me voy el espíritu
no se despertará en vosotros.”
(Jn 16,7) y... al decirte esto, pues siempre que lo recuerdo me da
la impresión de que los discípulos se querían agarrar a
Él, como nosotros nos queremos agarrar también a cosas que están
fuera de nosotros y comprendía Jesús que esto era un estorbo, comprendía
Jesús que esto era una equivocación y por esto les decía, os conviene
que os quedéis sin mí. |
Jesús
Q. |
Vive
en consonancia con el lema de los dominicos: “Contemplar y dar lo
contemplado”? |
P.
Moratiel |
Es
mi... mayor... inquietud, es mi mayor deseo, es lo único que da sentido a
mi vida. |
Jesús
Q. |
¡Contemplar
y dar lo contemplado! |
P.
Moratiel |
Es
un poco lo que comentábamos antes, Jesús, la palabra y el silencio, que
van juntas y que no se oponen, no... rivalizan, en realidad yo tengo que
reconocer y confesar que lo que soy... pues... se lo debo a ... mi padre
Santo Domingo de Guzmán... |
Jesús
Q. |
¿a
quién? |
P.
Moratiel |
a
mi Padre, digo, Santo Domingo de Guzmán, el fundador de los dominicos. Me
gusta llamarle mi Padre, porque siento y experimento profundo afecto hacia
él y yo no quiero más que seguir sus huellas, eh, es una huella de
silencio. |
Jesús
Q. |
Este
discípulo del silencio se ha montado alguna vez en el metro, en Madrid,
en hora punta? |
P.
Moratiel |
Oye,
tengo que decirte Jesús, yo cuando llego a Madrid, así... una de las
primeras reacciones que siento... pues es, ganas de marcharme. |
Jesús
Q. |
Como
me gustaría que llegara un día en el que pudiera transmitir... la paz y
la armonía que... que Vd. transmite. |
P.
Moratiel |
Yo
la siento de ti... Jesús. Yo siempre digo... que lo que digo... se lo
debo a los otros, y en este caso te lo debo a ti porque eres el que... no
sé... estás como... como inspirando y como... tirando de la lengua, confío
mucho en los otros, no me cuesta, es también un don y te digo que en este
momento tú eres como la fuente que me impulsa y me... da las palabras. |
Jesús
Q. |
pero
yo no siento paz y armonía... en este momento, en este momento sí, la
verdad, en el momento en que le escucho, pero en este momento de mi vida
no siento paz ni armonía. |
P.
Moratiel |
Me
gusta Jesús... me gusta contemplar ... te decía, el campo, la primavera,
las estaciones... y yo creo que nosotros somos como este campo, si
realmente uno llega a esta familiaridad con la creación yo creo que
tampoco nos tiene que extrañar el que a veces haya en nuestra vida esta
alternancia de días... pues... como más alterados y días más pacíficos.
Es así, hay noche y hay día, ahora estamos en la noche pero todos
confiamos en que cuando llegue la noche amanezca el día. Esto me hace
que... viva con una... no sé como decirte... una grande seguridad, que más
allá de toda la impaciencia está la paciencia, que más allá de toda
violencia interior que podemos experimentar los humanos, está la paz, que
más allá de la noche más negra que... pueda habitar nuestro corazón
está la luz, más allá siempre, siempre, siempre hay una primavera y hay
un paraíso y hay un jardín, siempre, no importa que haya que atravesar
el invierno y la noche. Más allá siempre está el paraíso, el Reino,
... no pasa nada. Entonces uno se convierte como... como en testigo de
nuestra oscuridad, pero no siendo nosotros la oscuridad, se convierte en
testigo de nuestra violencia, pero no siendo nuestro ser verdadero,
nuestro ser profundo, no siendo violento, somos testigos de nuestra
agresividad, pero nuestro ser no es agresivo, somos testigos de nuestra
desarmonía si quieres, pero más allá, está la armonía ... más allá. |
Jesús
Q. |
¿Me
gustaría saber qué es para Vd. la libertad? |
P.
Moratiel |
La
libertad es el silencio. A la vez el silencio es la felicidad, es la
bienaventuranza, Jesús porque en el silencio existe el despojo de todo, y
esa es la absoluta bienaventuranza y la absoluta libertad. |
Jesús
Q. |
¿Vd.
dónde encuentra placer? |
P.
Moratiel |
Yo
encuentro placer en muchas cosas... si me tomo un refresco pues encuentro
placer, y si veo una puesta de sol, encuentro placer y si veo unas flores
encuentro placer y si oigo los pájaros encuentro placer... en tantas
cosas... iba a decir en todas las cosas de la creación, sobretodo en el
campo, ver la tierra, sencillamente ver la tierra... |
Jesús
Q. |
¡...
y vivir es un placer! |
P.
Moratiel |
¡Por
supuesto que vivir es un placer! Placer cuando disfruto de las cosas,
alegría cuando hablo contigo, me siento contento y me siento feliz.
Disfruto más cuando hablo contigo que cuando oigo los pájaros, es una
alegría, es decir, mi relación con las personas es alegría, mi relación
con las cosas, con la naturaleza pues es un placer. Cabría decir más...
te decía que el silencio es la libertad y es la felicidad. Cabría decir
que el silencio es la bienaventuranza... es decir que hay como unos
escalones digamos así, tenemos que expresarnos así los humanos al
contactar con lo que nos rodea no, y entonces existe placer, existe alegría
y existe bienaventuranza que es el encuentro con la trascendencia que nos
habita, con la trascendencia que llena el ser humano y que habita todo su
corazón y el camino para contactar con esa trascendencia o con esa
plenitud, con ese paraíso pues, es el silencio y esa es la
bienaventuranza. Al alcance del hombre está pues, el placer, la alegría,
(somos dichosos cuando estamos unos con otros) y la
bienaventuranza, que rebasa un poco todos nuestros sueños y todas
nuestras fantasías. |
Jesús
Q. |
¿Hay
muchas cosas de las que dijo Jesús que nos pueden ayudar hoy? |
P.
Moratiel |
Con
respecto a ... al Evangelio, a Jesús del Evangelio, ¿no? |
Jesús
Q. |
si |
P.
Moratiel |
...
pues, me gusta la totalidad, todo lo que... digamos dice Jesús... pues
nos ayuda, porque descubre este ser nuestro y descubre esta verdad nuestra
y descubre esta libertad nuestra y descubre esta hondura nuestra, descubre
esta paz nuestra, descubre la armonía, descubre todo nuestro misterio,
toda nuestra riqueza y toda nuestra esperanza, todo. Hombre, puede haber
expresiones que están como más al alcance de nuestra situación...
digamos en un momento dado, porque es un proceso la vida y es un camino
y... en cada, digamos en cada hora, en cada estación, tenemos la
ocasión de beber, una fuente. |
Jesús
Q. |
A
este dominico... por cierto ¿dónde nació? |
|
|
Jesús
Q. |
A
este fraile dominico, ¿le interesa la política? |
P.
Moratiel |
Bueno,
me interesa... como te diría, Jesús... todo lo que vive el ser humano me
interesa mucho... y no puedo por menos de... de sentirlo. Casi te podría
decir que como un don del silencio ha sido esta cercanía y esta...
digamos aproximación o esta...
familiaridad o esta comunión que el hombre siente frente a los demás. |
Jesús
Q. |
Supongo
que muchas veces cuando escucha los mensajes de los medios de comunicación...
con esa velocidad, ese ritmo, esa vibración, en un mundo convulso y
tremendo donde... apareciendo ríos de palabras... ¿le parecerá que
salen las palabras sin mucho sentido, no? |
P.
Moratiel |
Yo
recuerdo muchas veces un refrán que aparece en el Quijote, donde se dice
que: "de nuevas no os preocupedes, porque hacerse han viejas y
saberlas eres". No hay noticia que no envejezca en pocas horas,
las cosas nuevas se hacen viejas en seguida, ésta es la...
éste es el refrán pero ésta es la verdad, quizás... más verdad
ahora que en el tiempo de Cervantes o en el tiempo en el que naciera este
refrán, porque lo recoge. |
Jesús
Q. |
José
Moratiel, ... |
P.
Moratiel |
¡dime,
Jesús! |
Jesús
Q. |
¿ha
dicho alguna vez: te amo? |
P.
Moratiel |
Sí,
es una expresión que me... que me sale con... o te amo, te quiero, te
estimo, te aprecio, me siento tu amigo, me siento muy cerca de ti. Sí, si
lo siento lo digo. |
Jesús
Q. |
¿Ante
qué cosas siente que se resquebraja su paz y su armonía? |
P.
Moratiel |
Ante...
mi propio ruido, ante mi propia mediocridad... ante mi mismo. |
Jesús
Q. |
Le
regalo la radio para que diga lo que quiera. |
P.
Moratiel |
Voy
a leer un pasaje muy breve, casi el que ha salido ahora en mente, mira:
“Por
aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo Padre, Señor del
Cielo y de la Tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y
discretos y las rebelaste a los pequeños." (Mt 11,25)
Es
una expresión que nos orienta hacia el silencio, porque el silencio es un
empobrecimiento, el silencio es un despojo, estamos tan acostumbrados a...
a vernos y a considerarnos en nuestras cosas, que uno puede sentir casi
miedo al despojo, pero el despojo y el silencio, en este sentido, es la
revelación de todo el misterio de nuestra vida, es la revelación de
nuestro interior, donde siempre hay algo inefable. En el silencio ocurren
unas cosas más inefables, casi todos los encuentros son inefables, te
encuentras con un amigo y cuando te encuentras de verdad... es inefable,
te encuentras con la verdad de tu ser... la honda verdad de nuestro corazón
y también es inefable. El silencio es inefable Jesús. |
Jesús
Q. |
José
Moratiel, dominico, discípulo del silencio ... Buenas noches |
P.
Moratiel |
Buenas
noches Jesús |
|