Buena noticia
es el rumor de lo nuevo. En la
Navidad no nos ocupamos del pasado pues eso no es más que recordar. Todo su
interés es el ahora que prepara el futuro, pues la vida es tarea de ahora.
El pasado no viene por su pie, vamos a él y en el silencio no hay que ir a
ninguna parte, tan solo importa el no irse de aquí ni del ahora.
Buena noticia
es lo que ahora es, pues en
Dios no hay trasvida, no hay experiencia del pasado. Y Jesús no es un
turista fugaz que da un paseo por esta tierra; Él se queda y eso se
eterniza. Por eso la Navidad no es lo que tiene de Belén sino lo que tiene
de trascendencia, del entero cosmos.
Buena noticia
es Dios haciéndose cargo de lo
de ahora; es su quehacer.
Buena noticia
es propiciar un clima al
hombre, una atmósfera donde predomine el amor, la preferencia del servicio y
del don. Pues de no ser así la existencia se malogra; sólo así prospera el
hombre y alcanza la culminación de su maduración.
Buena noticia
es reobrar sobre el hombre y
activar las potencialidades dormidas.
Buena noticia
es celebrar la vida en el
retablo de culturas en comunión entre sí. Vivir es ser con todos y con todo
el universo. Sin los otros, sin la tierra, el hombre se queda solo. No somos
dueños de la tierra, no somos propietarios ni especuladores de ella; somos
uno con ella.
Buena noticia
es poner a salvo al hombre de
su distracción, de su intolerancia, de su dureza, de su indiferencia, de su
individualismo, de su ser opaco, de su incongruencia.
Buena noticia
es advertir que todo depende de
un niño.
Buena noticia
genera una mirada pura, una
vigilancia, una atención luminosa. Nosotros padecemos una perversión en el
ver, juzgamos por pasión más que por pulcro y sencillo ver. Pero Jesús no se
dejó contaminar por el contorno, por los poderes, por las aspiraciones
ambiciosas. Por eso choca el talante y el ademán de Jesús con lo que se
lleva y se acostumbra a vivir.
Buena noticia
sigue siendo nueva, como sin estrenar:
no es un asunto de importación, no es de una nacionalidad, de una cultura;
es pluricultural y transnacional.
Buena noticia
es dejarse convocar por la vida, es ponerse a favor del despojo, es dejarse
elegir por la paz, es apuntarse a la libertad.
Buena noticia
entrar en el Reino es ingresar
dentro de uno mismo.
Buena noticia
es la solemnidad del silencio:
Dios habla poco. Un niño no habla es silencio, pero su presencia es la
transparencia de toda la luz. María no habla, pero hace lo que escucha;
también es silencio. José no habla, pero se pone en pie, en camino, sin
rechistar, sin desconfiar. También es silencio.
De la Navidad uno se hace digno
si uno se vuelve silencio y vacío como el pesebre que le acogió aquella
noche. |