LO QUE BROTA DEL SILENCIO

 

 

 

 

 

 

Y la esperanza

no quedará confundida,

pues

 el amor de Dios

se ha derramado

en nuestros corazones

por virtud

del Espíritu Santo,

que nos

ha sido dado.

 

(Rm 5,5)

 

 

Es el silencio el que nos conduce, el que permite que lo de dentro… lo que ha sido derramado empiece a fluir. No hay que infiltrar, hay que permitir que salga, no hay que infiltrar el amor, el amor ya ha sido derramado, no hay que introducir nada, no hay que meter nada. El amor ya está ahí. Lo decía muy bellamente y muy brevemente San Pablo: “el amor ha sido derramado en nuestros corazones”.

 

¿Qué pasa? Que a veces el amor está ahí como que oculto, como que tapado,

como que blindado, herméticamente cerrado porque no le permitimos brotar,

no le permitimos manar, emerger.

Lo nuestro es permitir que brote, lo de dentro siempre es inédito.

 

Un día os decía que el silencio siempre es inédito, no lo que me escucháis a mí, sino lo que brota de vuestro corazón, porque lo bueno de una aventura espiritual no es lo que… en el camino alguien nos dice, sino lo que nosotros vamos permitiendo que brote de ese amor que ha sido derramado en nuestro corazón.

Y siempre es nuevo, siempre es algo inédito, como el agua que brota de una fuente, siempre es inédita,

 siempre es nueva el agua.

La luz que nos llega del sol también es nueva.

 

Una de las gracias del silencio es permitir que brote el amor que va derramado en nosotros.

 

- Extraído de un encuentro.