¡Qué felices los que viven en tu casa!

(reflexión sobre el Sl 84,5)            

 

 

¡Que felices los que viven en tu casa!

 

Ahora tu casa... tu cuerpo es la morada del Señor.

Que felices los que viven en su propia morada. Muchas veces vivimos fuera y esto nos ocasiona tristeza.

 

El silencio como camino que te lleva a tu corazón. Deja que te alcance ese que colma tu corazón.

 

¡Que felices los que viven en tu casa!

 

Da la sensación que el alma de este salmo es dichoso porque vive en su casa. La paz, el amor... no es a causa de una estructura, de unas pautas... La paz, el amor es obra de ese contacto del que mora en su casa.

 

¡Que felices, que dichosos los que viven en su casa!