DE LA PRINCESA Y EL SOLDADO

 

 

Érase una vez, en un reino lejano, que un soldado muy valiente se enamoró de la princesa y cuando ésta lo trató y le conoció, también se enamoró de él, de manera, que al cabo de un tiempo se casaron.

 

Los dos se sentían muy felices y dichosos y emprendieron su viaje de novios. Iban navegando por el mar, cuando se desató una gran tormenta. La princesa tenía mucho miedo, su amado la veía sufrir e intentaba animarla, cobijarla...pero ella seguía asustada y cada vez sufría más. Entonces, el soldado desesperado por no poder hacer nada para tranquilizarla, se le ocurrió una idea: cogió su espada, y se la puso en el cuello a la princesa.

 

Ella se quedó sorprendida mirándolo fijamente, entonces él le preguntó:

¿Acaso tienes miedo de mi, de que te haga daño?

 Y ella le respondió:

¡Como voy a temer nada malo de ti! Yo se que tú me amas, sé que ningún arma que esté en tu mano puede hacerme daño.

Entonces, ¿Por qué tienes miedo de esta tormenta? Ahora estamos en manos de Dios, y de Él no vamos a temer nada malo.