No hay nada que retener en la vida. Retener es muy doloroso. VIVIR SIN RETENER es nuestra libertad |
Hay una pequeña… una breve leyenda: Dice que era un monasterio, en el cual el abad todos los días les decía unas pequeñas palabras en las que les surgía o les invitaba a orar y a orar silenciosamente.
Un día, por la mañana, el cocinero que estaba haciendo la limpieza de la verdura, pasó uno por allí y le dijo: - Que tal, que tal - ¡Ah muy bien! estoy contentísimo, porque nos ha dado esta mañana el abad… que bien… como se ha quedado de sereno y de calmado y gozoso mi corazón… - ¿Y que os dijo? le preguntó -¡Ya ni me acuerdo! ¡Ni me acuerdo ya!
Y el otro quedó un poco sorprendido. Pero él le dijo: - no ves este agua que está limpiando la lechuga, deja limpia la lechuga, pero la lechuga no recibe el agua. La lechuga ha quedado hermosa y purificada pero deja el agua libre, que se vaya, no retiene nunca nada; y así ha sido mi alma, no ha recibido nada. No se ha quedado con las palabras del abad. Pero mi alma ha quedado gozosa, dichosa y feliz. Ha quedado en paz.
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