3 - "Gustad y ved qué bueno es el Señor"

 

Estas palabras son el alma de este salmo; nos incita, nos sugiere buscar el silencio. No nos dice gustad este proyecto, gustad este objeto... No, solo “Gustad y ved”.

 

El paladar se extraña cuando se aliñan demasiado los alimentos, cuando se condimentan en exceso. Eso hace que se deterioren los sabores originales de las cosas.

 

Hemos oído aquella expresión: “tomar el pan a palo seco”. Gustar el silencio, es gustar a Dios a palo seco, “Gustad y ved...”

 

No disimuléis, no ocultéis el sabor de lo divino.

 

El silencio es una degustación de lo divino, de su paz, de su gozo, de su plenitud. Sencillamente gustad y ved... No hay que adobar lo divino, no hay que condimentarlo. Dejadlo con su sabor de origen: “Gustad.”