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"Yo nunca estoy sólo, el Padre está
conmigo"
Jesús siempre está a
favor de su Padre. La causa de Jesús es la causa de su Padre. Jesús
siempre extasiado con su voluntad, pero a la vez con una cierta soledad.
Para ir hacia el mundo
interior, para ir hacia nuestra propia verdad hay una cierta soledad.
No estás solo, una
cierta soledad sí; pero su compañía ilumina nuestra soledad, nuestro
silencio No tienes necesidad de otras compañías, de otras ideas, de
otras lecturas, de otras imágenes. Solo necesitas la compañía de esa
presencia última. Otras compañías te pueden alejar.
Nunca estás solo. Es
una soledad habitada por otro, colmada por otro, inundada por otro.
Cuando uno descubre que es una soledad habitada, esa soledad nos
enamora. Porque es el encuentro con la Vida, el encuentro con la
Alegría, con la plenitud.
Yo no estoy solo,
decía Jesús, pero esa es también tu realidad: tú nunca estás solo. |