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"El que pierde gana"
Es la extraña lógica
del evangelio, perder lo de fuera para ganar lo de dentro, perder la
fachada, perder lo postizo, lo que solo da una sensación, para ganar la
presencia suya en el corazón. El que pierde gana, decía incansablemente
Jesús.
Si algo se destruye es
para una transformación, para que algo reaparezca... Algo se destruye en
el silencio pero es para una transformación, para que aparezca el ser.
“Yo soy”, dice Dios,
lo que se expresa con toda plenitud, lo duradero, lo que existe siempre.
Dios es siempre Ser.
Nuestra oración es como el camino de ese Ser.
Algo se pierde en el
silencio… -lo que está en la superficie-; pero se reconstruye nuestro
ser verdadero. No temáis que se pierda el cuerpo; nuestros conceptos,
nuestras ideas... La oración es un camino para recuperar nuestro Ser
verdadero. Sólo se pierde lo superficial. Lo que no se puede perder es
el Ser. |