47 - "Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles"

 

 

 

Dios es el que construye todo. Este planeta nuestro, el cosmos, el universo, todo es obra suya. “Mi Padre no deja de trabajar”, dice Jesús. Para Dios trabajar es vivir, es como un juego, es su felicidad. Nosotros trabajamos y nos cansamos. Dios trabaja sin ningún egoísmo, sin ninguna ambición. Trabaja por el gusto de trabajar.

 

A nosotros lo que nos fatiga es nuestro orgullo, lo que nos agobia es nuestro afán de suficiencia, de lograr esto o aquello. “Si el Señor no construye la casa”..., en vano nos cansamos nosotros. Ingresar en el silencio es aprender a vivir sin ese agobio, sin esa ambición, sin ese orgullo; puede suponer una felicidad. Es Dios el que hace la vida, el que va creando todo. En la medida en que todos esos logros y conquistas se van a callando, entonces el trabajo se vive de otra manera. En vano nos agitamos si el Señor no construye la casa.

 

Un silencio para incorporarnos a ese modo de trabajar de Dios. Un silencio en el que no vas a lograr nada, en el que todo se nos ofrece; sencillamente nos abrimos para recibirlo.