69 - "Yo soy" - La obra del silencio

(Ex 3,14; Jn 18,5)

 

Ahora no deseas: ni ganar, ni lograr, ni adquirir, ni poseer.

Ahora no consumes nada: ni ideas, ni información, ni erudición, ni imágenes, ni emociones.

Ahora no te apropias de nada: no te enganchas a nada, no acaparas ni haces ningún acopio.

Y TU CORAZÓN ES MORADA DE PAZ

Ahora te despojas de funciones, de representaciones de disfraces.

Ahora caminas sin compañía de discursos, de doctrinas, de personas, de melodías, de danzas.

Ahora admites la noche, el otoño, el invierno, las diferentes estaciones que la vida te da.

Y TU CORAZÓN ES MORADA DE PAZ.

Ahora no sueñas, no recuerdas, no añoras, no fantaseas.

Ahora no huyes, no te escapas de este instante, de este aquí que se vuelve canción al acogerlo.

Ahora no te atas a formas, a enseñanzas, a tradiciones.

Y TU CORAZÓN ES MORADA DE PAZ.

Ahora no estás pendiente de un proyecto, de un programa, ni de expectativas.

Ahora eres contestatario, insumisos a lo establecido, a las opiniones, a los juicios, a las valoraciones, a la tiranía exterior.

Ahora sólo eres dócil a la vibración íntima, al clamor de dentro, a los latidos del amor.

Y TU CORAZÓN ES MORADA DE PAZ.

Ahora vives como en un exilio, como en un destierro.

Ahora vives sin ceremonias, sin adornos, sin decoración, sin exhibición.

Ahora vives en un desierto de decires, de pensares, de sentires, de cantares, de estructuras, de referencias.

Y TU CORAZÓN ES MORADA DE PAZ.

Ahora la vida está más allá de lo que dicen tus labios, de lo que ven tus ojos, de lo que oyen tus oídos, de lo que percibe tu piel.

Ahora tan sólo eres, vives; sin nada, por nada, por lo Indecible, por lo Inefable.

Ahora no hay ningún reconocimiento, ninguna aprobación, ningún aplauso.

Ahora te basta sólo ser.

Ahora todo se ha remansado. Eres un caminante, un peregrino, un aventurero de la Resurrección.