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Felizmente la vida no se deja encajonar
*Dedicado al Padre Moratiel en el primer aniversario de su muerte. |
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Felizmente la vida no se deja encajonar por algo provechoso y, sin embargo, nada es inútil.
La vida es derroche es magnitud. Tantas flores… tantos colores… tantos amaneceres… Ni uno solo es igual al otro…
La vida es una danza donde los movimientos nunca se repiten.
La vida es cambio y el cambio habita, se sostiene en la quietud en el silencio.
Y el silencio nada hace…
El silencio es suave como el murmullo del agua que uno sólo escucha si detiene su camino.
El silencio es un canto a lo no creado a lo que resplandece impasible en el constante devenir de las edades.
El silencio es oro alquímico luz de la tiniebla soledad bendecida de presencia quietud llena de vida vida rebosante de eternidad.
El silencio es la puerta por donde el Espíritu Santo desciende sobre nosotros para inundar el alma y hacerla callar… …pues otra cosa no puede hacerse cuando en el silencio… … Dios habla… habla a aquel que sabe sumergirse en la cálida escucha… … Dios habla… a aquel que sabe recibir el tierno abrazo de un amor que es eterno.
Lourdes Tornos (Leído el 18.02.2007 en la Eucaristía celebrada en el Convento Santa Clara de Manresa) |
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