Próximo el primer aniversario de tu partida de esta dimensión terrena, una pregunta aparece repetidamente una y mil veces en mi pensamiento: ¡hasta cuándo!, ¿hasta cuándo te vamos a estar reteniendo?, ¿es cariño, respeto, afecto... ? ¿o sólo nuestra necesidad?.

Cuantas veces te oí decir “no retener, esa es nuestra libertad”.

Nada analizabas, nada pretendías demostrar, nada imponías ¡ni siquiera un consejo oí de tu boca en ocasión alguna! Sólo tu sencilla –y enorme- propuesta: acallar, apaciguar el ego, DESPOJO, PASCUA, estar de paso...

Dejar hacer a lo de Dentro, ahondar, hasta la Roca, despojándonos de las miles de voces, de miradas que impiden ver el ojo que a si mismo se contempla.

¡De cuántas formas sutiles nos aferramos a las ramas! ¡cuánto miedo a soltarla cuando llega el momento de la verdad!.

Me llena de asombro las mil maneras en que cada quien ha entendido tu mensaje de Silencio: esa es nuestra riqueza, pero (siempre hay un pero) me apenan las voces y manifestaciones que a modo de sonoras interferencias aparecen, posiblemente sean las menos ¡pero se hacen notar tanto!.

Sé que son reacciones de mi ego, tan resistente a agotarse. Yo intento confiar en saber ver la luz que ilumine cada uno de mis pasos para transitar una vida cada vez un poco más silenciosa.

Carmen P.G.

23.01.2007