Apenas hay día,
que de entre las personas que visitan el Santuario de Nuestra Señora
de la Peña de Francia, no haya alguna que comente: la Peña de
Francia es un lugar ideal para buscar la paz, para sosegar nuestra
acelerada vida, para encontrarse con uno mismo… Sin duda estos
comentarios están sugeridos por la belleza, la soledad y el silencio
en que la cumbre de la montaña está envuelta. Belleza, soledad y
silencio, que se intensifican en los días de otoño, cuando la
naturaleza parece quiere acompañar al espíritu humano con su
austeridad y despojo de todo lo caduco y efímero.
En una
sociedad en que se han multiplicado los medios tecnológicos de
comunicación, la intimidad más profunda de nuestro ser puede ser
invadida y profanada con innumerables sonidos e imágenes. La manera
descarada con que algunos de estos medios utilizan la manipulación
para mejor vender sus productos o ideas es un hecho reconocido por
la mayoría de las personas. Corremos un serio peligro de quedarnos
sin posibilidad de tener algunos momentos para poder encontrarnos
con nosotros mismos y pensar por nuestra propia cuenta.
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