"LA HOJITA" junio - 2.015

En el N. 77 que corresponde al mes de Junio de 2015 se incluye, en portada, el siguiente artículo:

 

"LA BUENA GENTE"

 

 

         Después de escuchar cada mañana las noticias desalentadoras de una sociedad llenas de conflictos, donde todavía son las armas de los más fuertes las que imponen su ley; los ilimitados y alargados procesos judiciales de gentes sin escrúpulos que andan tratando de esquivar la justicia para mantener a buen recaudo sus dineros fraudulentos, que han dejado a un país la borde de la quiebra...; y en fin otra serie de noticias por estilo, nos solemos preguntar cómo puede seguir caminando una sociedad así, sin acabar en un desastre total.

 

         La respuesta en principio no es nada fácil. Si todavía creemos en los milagros, se necesitaría uno de los grandes. Pues bien ese gran milagro existe. Lo que pasa es, que como todos los auténticos, es silencioso y discreto, que solo lo pueden percibir las gentes sencillas y honradas: las buenas gentes.  Ellas mismas son el milagro de que esta sociedad oscura y que tanto huele a podrido, tenga todavía un horizonte de luz y de esperanza.   

 

        Estas buenas gentes sencillas, son aquellas que realizan los trabajos para ganarse el pan de cada día honradamente; que en su hogar desde el primer momento han estado todos codo con codo aportando lo mejor de su vida, sin límites a su generosidad; que cuando han llegado los momentos difíciles de la vida: fracasos, enfermedades, problemas que siempre llegan sin saber cómo, nunca los han rehuido; que han preparado las fiestas con discreción y alegría serena; que han sabido armonizar derechos y deberes ciudadanos, sin ser ingenuos ni oportunistas.

 

         Generalmente este gran número de gentes sencillas, sostiene el entramado silencioso de nuestro complicado mundo para que todavía haya una elemental convivencia y bienestar. Estas personas son gente anónima, desconocida, que apenas tiene cabida en la imagen aparente y efímera de nuestra sociedad. Cuando uno toma contacto con estas buenas gentes, percibe una especial brisa de paz y libertad. Son como un manantial de agua cristalina y fresca.