Esta
meta última y trascendente da sentido a dos momentos previos a la
peregrinación:
1.-
La Partida. Dejar sus
obligaciones diarias y ponerse en camino. Y antes preparar lo necesario
para el viaje. ¿Sabéis que el musulmán que va a la Meca antes de partir
debe: "pagar sus deudas, garantizar el bienestar de su familia y
perdonar a los enemigos"?.
2.-
Hacer el camino. Acercarse a la
meta física y espiritualmente. Caminar en fe, oración y caridad:
compartiendo, ayudando, animando, consolando, sonriendo, siempre
disponible. Y todo en ambiente festivo. Se trata de caminar al encuentro
de Dios que alegra el corazón.
3.-
Ya en el lugar sagrado es
necesario reservarse un "tiempo sagrado". Tiempo de reposo, de
reflexión, de escucha... hasta vivir el encuentro con Nuestra
Señora y con su Hijo.
Tu
encuentro, tu reconciliación con Dios, tu comunión con lo divino es la
esencia, el motivo y el fin de tu peregrinación. Si regresas sin realizar
este encuentro ¿qué sentido tiene tu peregrinación?.
Nuestra
Señora te espera y te ama.
P.
Andrés HERNÁNDEZ O.P.
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