NOTICIAS DESDE UN LUGAR DE ÁFRICA

Vilankulo es la segunda población más importante de la africana Mozambique y en ella nuestra ONG’d viene trabajando desde hace años en diferentes Proyectos. Acabamos de recibir noticias sobre varios de ellos.
Hay un Centro de Formación para mujeres, niños y jóvenes, en el que funciona una Biblioteca, orientada en un principio a los alumnos de Secundaria. En ella encuentran los libros de texto de los que carecen por completo, así como otros libros de consulta y de lectura. Al mismo tiempo tienen la posibilidad de recibir explicaciones y resolver dudas.
Pero este año comenzó a funcionar en la población una Escuela Universitaria con las ramas de Agricultura, Agropecuaria, Procesamiento de Alimentos, Desarrollo Rural; todas ellas relacionadas con la agricultura y ganadería, muy necesarias para este pueblo en pleno desarrollo, en el que la agricultura es la base de su economía. La mencionada Biblioteca –gracias a nuestra colaboración- no sólo les está ofreciendo a estos universitarios libros de Matemáticas, Física, Química, Biología…, sino sobre todo el acceso a Internet, a fin de poder encontrar material para sus trabajos, dada la escasez de libros y de recursos que tienen. También se han formado grupos en los que los más adelantados ayudan y resuelven las dudas de sus compañeros.
Otro campo de trabajo está en relación con los enfermos de SIDA y los huérfanos que esta enfermedad va dejando. En este Proyecto se socorre un grupo de familias, concretamente a seis se viene dando mensualmente un saco de veinticinco kilos de arroz y a otra uno de cincuenta, ya que son diez los huérfanos que conviven en ella. Hay otro grupo -en total unos diez- que debido a que también ellos tienen la enfermedad, se refuerza su alimentación con leche, harina y azúcar, una vez por semana y se le da para los siete días.
           

Quizá se recuerde que el año pasado un ciclón asoló la zona, destruyendo o dañando gravemente las casas. Al día de hoy todavía hay muchos que viven bajo unos plásticos o una lona destrozada. Con la ayuda que por ahora hemos mandado, se han podido construir siete casas -con material local y ocho chapas- para abuelas que tienen a su cargo cada una tres o cuatro nietos de hijos muertos de SIDA, y otra casa para un par de huérfanos que viven solos, pues el mayor tiene ya 15 años.