ENTREVISTA: Pedro Velasco, dominico español en Bañado Sur (Asunción)

Con un acento marcadamente español, el dominico Pedro Velasco camina por las calles de tierra colorada del Bañado Tacumbú, uno de los tantos bañados (terrenos bajos cercanos al río Paraguay que suelen inundarse con frecuencia) del Bañado Sur. Oriundo de León, con 69 años de edad, 50 de consagrado y 46 de sacerdote, está instalado en Asunción desde hace 40 años. Durante los primeros años en suelo guaraní, trabajó en la Universidad Católica de Asunción como docente y, más tarde, como director del Departamento de Pastoral. Desde hace 30 años, está asentado en el Bañado Sur. “Ahora me doy cuenta de que soy parte de este barrio”, sostiene. Párroco de San Felipe Santiago, atiende también cuatro capillas, un centro comunitario con diversas actividades y la vida de las casi 10.000 personas que viven en el Bañado Tacumbú. Junto con el sacerdote argentino Germán Pravia, de la Fraternidad Misionera, Velasco vive “la alegría de haber consagrado mi vida a este servicio a la Iglesia y a los demás”. Por si fuera poco, durante los preparativos para recibir al Papa en Paraguay, luchó para que en la visita que Francisco realizó el domingo 12 por la mañana al Bañado Norte “pudieran participar los bañadenses”.

¿Cómo era el Bañado Sur hace 30 años?

No había caminos, todo era barro, las casas eran de hule y lata y no había agua corriente. El primer proyecto que concretamos desde la Iglesia, junto con la comunidad barrial, fue el tendido de agua corriente, gracias al aporte de Manos Unidas.

¿Qué recuerda de esos años?

Mucho. Fueron años de un gran compromiso, pero también muy dolorosos. La gente vivía en silencio porque solo tenían dos opciones: aplaudir a Stroessner o salir de Paraguay. En esos años de dictadura, más de un millón de personas salieron de Paraguay y los campesinos fueron duramente perseguidos; la Iglesia paraguaya era una Iglesia muy cercana al pueblo, muy cercana a la cultura paraguaya, al campesinado, y eso traía muchas dificultades. Como la Iglesia era el espacio de libertad, de servicio, de defensa, sufrimos la tortura y la muerte de mucha gente que conocíamos.

¿Qué es el CAMSAT?

Es la obra social que hemos promovido desde la Iglesia. Significa Centro de Ayuda Mutua Salud para Todos. Ante la necesidad de la gente, hace 25 años optamos por trabajar bajo un modelo de presencia y de servicio en un barrio de extrema pobreza, donde la Iglesia tuviera un papel importante, pero que no fuera la dueña del proyecto. Hoy ya tiene asociadas a unas 550 familias. Nuestros ejes de trabajo son la asistencia, no el asistencialismo; la promoción, la capacitación y la formación de los jóvenes; y el cambio de estructuras, porque la pobreza es fruto de un problema más grande. Desde el comienzo surgió con una idea muy clara: asistir a los pobres, es decir, crear liderazgo en ellos; hacer que sean sujetos de su propio desarrollo y que tengan una voz autorizada. Queríamos una organización que trabaje en red con el objetivo de que la gente se forme y se capacite.