Cada abuelo tiene su propia historia y son muchas las secuelas mentales que las dificultades de la vida les han ido trayendo.
Unos más dependientes que otros, todos están en nuestras manos como único amparo.
Ellos nada pueden aportar, es la máxima dependencia. Estos son los ancianos más pobres, perdidos, abandonados...y gracias a vuestras ayudas conseguimos que se sientan como personas queridas y que vivan esta última etapa de la vida, sin que les falte el pan y el cariño.
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